DESOBEDIENCIA

Viviendo según la carne trajo la mano castigadora de Dios sobre Sansón.

EL CASTIGO DE DIOS

 

Como cristianos debemos regir nuestras vidas por el principio de obediencia. 

Como cristianos debemos regir nuestras vidas por el principio de obediencia. Nunca fue el plan de Dios que sus hijos vivieran en pecado. La Biblia dice:

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis . . . (1 Juan 2:1).

Sin embargo los cristianos pecan, y muchos de ellos toman el pecado muy a la ligera. En esta lección queremos tratar esta pregunta: ¿Qué pasa cuando un creyente peca intencionalmente?

 

 

Las Consecuencias del Pecado en la Vida de un Creyente

El pecado rompe nuestra comunión con Dios y trae sobre nosotros la mano castigadora de Dios.

En la lección 6 vimos una de las consecuencias del pecado en la vida de un creyente: El pecado rompe nuestra comunión con Dios. En esta lección veremos otra consecuencia del pecado en la vida de un creyente: El pecado puede traer sobre nosotros la mano castigadora de Dios.

Es cierto que los pecados de un creyente fueron perdonados cuando él recibió a Cristo como su Salvador. Pero esto no le da derecho a vivir como le plazca y hacer cualquier cosa que desee. Él, de todos modos, tiene que enfrentar las consecuencias de sus acciones. La Biblia dice:

No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gálatas 6:7).

Cualquier pecado que hayamos cometido, si oramos a Dios, se lo confesamos y pedimos Su perdón, Él nos perdona. Nuestra comunión con Dios puede ser restaurada inmediatamente. Dios está dispuesto a perdonar todos los pecados que cometemos cuando se los confesamos con sinceridad. Pero eso no quiere decir que no seremos castigados por nuestros pecados.

El Castigo de David

En la Biblia Dios nos relata de la vida de personas del Antiguo Testamento a fin de que podamos aprender de sus experiencias. Hay dos lecciones muy importantes que debemos aprender del relato del gran pecado de David:

1. Aunque podemos ser perdonados por nuestros pecados, tenemos que enfrentar las consecuencias de nuestras acciones.

2. Algunos pecados tienen consecuencias permanentes en nuestras vidas.

David no era sólo un gran hombre de Dios, sino que además fue el rey más eminente que tuvo la nación de Israel. Aún así, David pecó gravemente y sufrió las consecuencias de su pecado.

Una tarde en que paseaba por los balcones de su palacio, David vió bañándose a una bella mujer

En el segundo libro de Samuel, capítulo 11, se relata el gran pecado de David. David estaba en el palacio, en casa, mientras sus soldados estaban lejos luchando en una batalla. Una tarde en que paseaba por los balcones de su palacio, David vió bañándose a una bella mujer. La lujuria entró en su corazón. Mandó a llamar a la mujer, Betsabé, y cometió adulterio con ella.

Pasado algún tiempo, Betsabé le hizo saber a David que esperaba un bebé de él. Como Urías, el esposo de Betsabé, había estado lejos por mucho tiempo, David se dió cuenta de que su pecado de adulterio pronto sería descubierto.

Para ocultar su pecado y para poder casarse con Betsabé, David hizo arreglos para que Urías muriera en el frente de batalla. Parecía que David había tenido éxito en ocultar su pecado, pero la Biblia dice:

Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová
(2 Samuel 11:27).

Dios envió al profeta Natán para confrontar a David con sus pecados de adulterio y asesinato

Dios envió al profeta Natán para confrontar a David con sus pecados de adulterio y asesinato. David se arrepintió verdaderamente de sus pecados y se los confesó a Dios. El Salmo 51 nos habla de la profundidad de la confesión de David:

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí (Salmo 51:1–3).

De todo esto podemos ver que David estaba verdaderamente angustiado por su pecado. Dios aceptó la confesión de David, lo perdonó y reestableció su comunión con Él. Natán, el profeta, le dijo a David: . . . Jehová ha remitido tu pecado; no morirás (2 Samuel 12:13).

Pero las cosas no terminaron allí. Dios es Quien rige el universo y Él es santo y justo. Él no puede pasar por alto nuestros pecados o fingir que no sabe nada de ellos. Aunque David era rey, sin embargo fue castigado por Dios. La Biblia dice que para Dios no hay acepción de personas (Romanos 2:11).

No se apartará jamás de tu casa la espada

Porque el pecado de David dió a los enemigos de Dios ocasión para blasfemar Su nombre, Dios dijo,“No se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste”.

Pese a que Dios había perdonado sus pecados, David tuvo que cosechar las consecuencias terrenales de ellos. Sufrió muchos pesares. El hijo que tuvo con Betsabé murió. Uno de sus hijos fue asesinado. Otro hijo dirigió una rebelión contra David y fue muerto en la batalla. Verdaderamente, la espada nunca se apartó de la casa de David.

Podemos ver entonces que aunque seamos perdonados de nuestros pecados, nosotros, tal como David, tenemos que enfrentarnos con las consecuencias terrenales de nuestras acciones. Debemos ver también que frecuentemente los pecados traen consecuencias que duran toda la vida.

Lo que no Debemos Hacer

Un cristiano simplemente no puede permitirse vivir descuidadamente, ni tampoco tomar el pecado a la ligera. Aunque Dios es misericordioso y está dispuesto a perdonarnos nuestros pecados, eso no significa que no nos castigará.

Hay cosas que no debemos hacer si queremos evitar consecuencias graves:

1

No debemos pecar intencionalmente.

Desobedecer a Dios deliberadamente es un acto de rebeldía y puede traer sobre nosotros la mano castigadora de Dios. Él no castiga a Sus hijos cada vez que hacen algo malo. Dios no es así. Él ama a Sus hijos y es benigno y paciente con ellos. David dijo:

No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen (Salmo 103:10–11).

David reconoció que Dios es muy misericordioso y sumamente paciente con Sus hijos.

Pero hay otro aspecto en este asunto. Aunque reconocemos que Dios tiene mucha paciencia e indulgencia con nosotros, debemos también darnos cuenta de que un solo acto de desobediencia intencional puede tener graves y permanentes consecuencias.

Fue un solo acto de desobediencia del primer hombre y la primera mujer que trajo el pecado y la muerte a este mundo, junto con todo el sufrimiento, dolor y tragedia resultantes del pecado. Y un solo acto de desobediencia nuestro puede tener consecuencias trágicas que duran toda la vida.

Un joven, hijo de padres cristianos, buscó a una mujer inmoral y tuvo relaciones sexuales con ella. De este único contacto, él contrajo una enfermedad venérea. Recibió atención médica, pero la enfermedad no fue controlada. En menos de tres años ya se había muerto.

2

No debemos vivir bajo el control de la carne.

Dios le dió habilidades especiales y fuerza para llevar a cabo grandes proezas

Vivir conforme a la carne es ceder a tus deseos y apetitos carnales. La Biblia nos advierte en cuanto a ésto.

Sansón es un ejemplo de las consecuencias de vivir controlado por la carne. Sansón fue elegido por Dios para ser el libertador de su pueblo. Dios le dió habilidades especiales y fuerza para llevar a cabo grandes proezas. Pero Sansón no controló sus deseos carnales.

Sansón mantenía una relación inmoral con una mujer filistea llamada Dalila

Sansón mantenía una relación inmoral con una mujer filistea llamada Dalila. El comportamiento de Dalila dejaba en claro que ella intentaba traicionarlo entregándolo en manos de sus enemigos. Sansón lo sabía. También sabía que él estaba obrando mal, sin embargo continuó sus relaciones con Dalila. No hay duda que Dios habló al corazón de Sansón muchas veces con respecto a su comportamiento.

Viviendo según la carne trajo la mano castigadora de Dios sobre Sansón.

Al final Dalila logró su plan de entregar a Sansón en manos de sus enemigos. Sansón pensó que podía hacer uso de su fuerza extraordinaria para vencer a sus enemigos como lo había hecho antes. Pero el Señor lo había abandonado y ya no era más fuerte que cualquier otro hombre. Los filisteos le sacaron los ojos, lo encadenaron y lo pusieron en una prisión a moler grano.

Los relatos de las experiencias de David y de Sansón, como también los de otros personajes en el Antiguo Testamento, se escribieron para que podamos aprender de ellos. La Biblia dice:

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos (o advertirnos) a nosotros . . . (1 Corintios 10:11).

La lección que aprendemos de la historia de Sansón es ésta: No debemos vivir según la carne. La Biblia dice:

Porque si vivís conforme a la carne, moriréis . . . (Romanos 8:13).

Hemos señalado algunos pecados específicos, pero no son los únicos que pueden traer sobre nosotros la mano castigadora de Dios. Cualquier pecado que no confesamos ni abandonamos puede traer sobre nosotros el castigo de Dios.

Dios quiere que nos Juzguemos a Nosotros Mismos

Cuando estamos haciendo algo que a Dios no le agrada, Él nos habla primero por medio de nuestra conciencia. Luego por Su Palabra y por el Espíritu Santo, Dios se dirige a mostrarnos el error de nuestros caminos. Dios puede enviarnos un amigo y fiel cristiano para advertirnos. Dios quiere que nosotros confesemos y abandonemos nuestros pecados para no tener que juzgarnos Él. La Biblia dice:

Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados
(1 Corintios 11:31).

Si no nos juzgamos a nosotros mismos, entonces Dios tiene que juzgarnos. Él nos castiga porque nos ama demasiado como para permitirnos andar en desobediencia. La Biblia dice:

Mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo (1 Corintios 11:32).

¿Cómo nos corrige Dios? Él tiene muchas maneras de disciplinar a Sus hijos. Por ejemplo, Él puede enviarnos enfermedades o permitir que tengamos un accidente. Puede permitir que suframos pérdidas financieras o aún la pérdida de un ser amado. Dios tiene muchas maneras de tratar con Sus hijos. No podemos decir cómo nos castigará, pero podemos estar seguros de que lo hará cuando lo necesitemos. La Biblia dice:

Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo
(Hebreos 12:6).

El Propósito de Dios al Disciplinarnos

Dios tiene Su propósito al castigar a Sus hijos. Consideremos tres de ellos:

1

Dios nos castiga para que podamos aprender a obedecer.

Nuestro Padre celestial nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos. Sabe que no somos obedientes por naturaleza. Somos como niños que no obedecen a su padre a menos de verlo con el palo en la mano. Dios sabe que sólo mediante la corrección aprenderemos a obedecerle. David dijo:

Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra. Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos (Salmo 119:67, 71).

Aún después que Dios nos ha castigado es posible que sigamos siendo desobedientes y rebeldes. Esto es de veras trágico. Indica que no hemos aprendido a obedecer a Dios y a estar sujetos a Él. Esto entristece el corazón de Dios porque a Él no le gusta ver sufrir a Sus hijos. Sin embargo Él tiene que continuar llamándonos la atención hasta que aprendamos a someternos a Él. Es sumamente importante que aprendamos a aceptar la disciplina de Dios con la actitud correcta. La Biblia dice:

Tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
(Hebreos 12:9).

¡Oh, que aprendamos a estar de acuerdo con Dios rápidamente y decirle: “Señor, tus juicios son verdaderos y justos. Estoy dispuesto a estar sujeto a Ti”!

2

Dios nos castiga a fin de que podamos ser partícipes de Su santidad.

Dios no nos disciplina porque está enojado con nosotros y desea castigarnos. Todos los tratos de Dios con nosotros son para nuestro bien. Él está “educando” a Sus hijos. El propósito de Dios al disciplinarnos es para que podamos ser “partícipes de Su santidad”. La Biblia dice:

Y aquéllos (nuestros padres terrenales), ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad (Hebreos 12:10).

Dios infunde Su santidad en nosotros a través de su disciplina. Cuando Él me corrige, yo debo decir: “Señor, ¿qué es lo que Tú quieres enseñarme con esto?” Cada corrección debe causar en nosotros un conocimiento mayor de los caminos de Dios y hacernos más semejantes a Él.

3

Dios nos castiga a fin de que podamos dar honor a Su nombre.

Por medio del castigo de Dios y de Su disciplina, David llegó a ser un hombre“conforme al corazón de Dios” (1 Samuel 13:14; Hechos 13:22). El nombre de David está anotado en la lista de “los héroes de la fe” que Dios dió en el capítulo 11 de Hebreos. En esta lista están aquéllos que le han dado honor a Su nombre por su fe y por sus hazañas.

Sansón se arrepintió de sus pecados y en su muerte, destruyó más enemigos de Dios que durante toda su vida. Sansón figura también en la lista de “los héroes de la fe”.

Dios nos disciplina y nos castiga a fin de que nosotros también demos honor a Su nombre.

4

Dios nos castiga para vindicar Su nombre.

Nosotros llevamos el nombre de Cristo. Un cristiano es un representante de Cristo. Todo lo que hacemos le refleja a Él. Si deshonramos Su nombre, Dios nos castigará. Por lo que hizo Dios en el caso de David, Él mostró que no participó en el pecado de David; no lo remitió ni lo pasó por alto. Dios hará lo mismo con nosotros si deshonramos Su nombre. Durante el tiempo de tal castigo, debemos inclinar nuestros rostros y adorar a Dios diciendo,

“Señor, con todo mi corazón acepto tu disciplina en este asunto. Reconozco que es por causa de mi pecado. Quiero que tu pueblo, el mundo y Satanás sepan que todo esto no vino de Ti sino que todo es culpa mía”.

Mientras más nos sometamos a la disciplina de Dios y reconozcamos que todo fue culpa nuestra, más rápido esa disciplina terminará. Por otro lado, mientras más nos excusemos y culpemos a otros, más tardará la disciplina.

“El Temor de Dios es el Principio de la Sabiduría”.

Cada cristiano debe tener una reverencia santa por Dios, tanto que lo haría tener miedo de desobedecerle. Dios ha dicho que Él nos castigará si le desobedecemos intencionalmente y sabemos que Él cumple Su palabra. Si amamos y respetamos verdaderamente a Dios, no desearemos desobedecerle. Esta clase de respeto amoroso a Dios nos hace sabios y nos capacita para tomar las decisiones correctas. Por eso la Biblia dice:

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría (Proverbios 9:10).

¡Que Dios nos ayude a amar la justicia y a odiar el pecado! Si por cualquier razón, traemos sobre nosotros el castigo de Dios, aceptémoslo con un espíritu humilde. Debemos decir:

“Señor, sé que hice mal. Tú eres completamente justo en lo que haces. ¿Qué habría sido de mí sin Tu intervención? Te doy gracias y te alabo por Tu amor y Tu fidelidad para conmigo”.

 

Desobediencia

Jeremias 48: 25-30

 

  Hemos oído del orgullo de Moab, su arrogancia, insolencia y altivez. 

Yo conozco su soberbia, dice el Señor, pero eso no le sirve, no sacará nada con sus arrogancias. 

 

 

40  El Señor dice: «El enemigo vuela como un águila con las alas desplegadas sobre Moab. 

 

41  Sus ciudades serán capturadas y sus fortalezas conquistadas. Ese día, el corazón de los guerreros de Moab será como el de una mujer que da a luz. 

 

42  Moab dejará de ser un pueblo, porque se envalentonó contra el Señor. 

 

43  Por eso, vendrán sobre ti, habitante de Moab, el terror, el foso y la trampa, dice el Señor. 

 

 

 

  • El soberbio tarde o temprano será sosprendido.Jer.42.1
  •  Si andamos todavía en problemas es porque no queremos dejar la soberbia
  • Cuando desobedecemos a trae   el temor.
  •   El temor es contrario de la Fe
  •  La desobediencia me hace enemigo de Dios.1°Sam.28:16

 

Primera de Reyes 13:1-26

padre e hijoIntroducción: Muchas veces como hombres o mujeres o sea como seres humanos, entendemos la voz de Dios o sea le escuchamos claramente cuando nos dice que hagamos o dejemos de hacer algo; pero llegado el momento de cumplir la palabra no lo hacemos, nos dejamos llevar por las circunstancias o por las palabras de otra persona que dice hablar en nombre de Dios.

Otras veces nos queremos adelantar a la promesa de Dios, queriéndolo ayudar, como si Dios necesitara ayuda para hacer algo y esto también es motivo de desobediencia delante de nuestro Dios.

En el pasaje anterior vemos a un rey idolatra, un rey que quería conservar su reino a base de mentiras, de engaños, de fuerza; un rey que su temor no era hacia Dios sino que su temor era el de perder las riquezas que poseía, o sea perder el poder.

Éste rey había levantado sacerdotes de entre el pueblo a hombres  que no eran de los hijos de Leví, para que ministrasen al pueblo y lo llevasen a adorar los becerros de oro que él había mandado a hacer, y para que l pueblo no fuese hasta Jerusalén a adorar a Jehová.

Pero estando éste rey frente al altar llegó un varón de Dios trayendo profecía contra el altar y contra aquellas personas o sacerdotes, que sin haber sido puestos por Dios se habían desviado a ofrecer sacrificios a ídolos.

  1. La desobediencia trae enfermedad.

El rey al querer contender contra Dios, ordenando el arresto del siervo de Dios, su mano se seca. Vs.4.

  1. La desobediencia trae escasez. Hageo 1:5-6

5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.

6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.

  1. La desobediencia trae temor Primera de Samuel 18:11-12
  1. La desobediencia trae muerte

Verso 24 de Primera de Reyes 13

Que pide Jehová Dios de sus hijos, la obediencia no está solo en diezmar, en ofrendar, en ayudar al pobre y necesitado, en ayunar, en orar, todo esto es solo parte de lo que el hijo de Dios debe de hacer.

Miqueas 6:8-9

8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

9 La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece.

La obediencia a Jehová Dios va mucho más allá de los pensamientos del hombre como son más altos los cielos que la tierra así son los pensamientos de Dios, la obediencia es más que un pretexto para bendecirnos ; la obediencia es morir al “YO” y permitir a Jesús reinar en nuestro corazón, la obediencia a Dios va más allá que los dogmas o normas impuestas por hombres, la obediencia a Dios es  cumplir sus instrucciones ,

El ser obediente a Dios es pedirle que forje el carácter de su Hijo nuestro Señor Jesucristo en cada uno de nosotros.

La obediencia/desobediencia a Dios!

 

A veces pasamos toda la  vida tratando de desobedecer a Dios, no haciendo caso a lo que Él quiere para nuestra vida, haciendo lo que nosotros creemos que tenemos que hacer y no lo que Dios está insistiendo en que hagamos, en cambio sabemos que la obediencia es la verdadera prueba de nuestro amor por Dios y el secreto para descubrir la voluntad de Dios en nuestra vida. Algunas personas se muestran renuentes a confiar en Dios completamente en sus vidas, temiendo que El pueda cambiar sus planes. 

 

 

 

Algo importante es que no podemos ir por la vida desobedeciendo a Dios, ignorando su voz en nuestra vida, porque si bien es cierto no escuchamos audiblemente su voz, pero Él nos habla a nuestro corazón, a nuestra mente, por medio de nuestro padre y  su palabra. La obediencia demuestra nuestra fe= obediencia , glorifica a Dios, produce victoria, demuestra nuestro amor a Dios y permite que actúe en nosotros el poder del Espíritu Santo.

 

 

 

La primera Desobediencia: Adán y Eva

 

Tenemos que entender que cuando hay desobediencia, hay siempre consecuencias y muchas veces muy dolorosas. Algunas veces, esas consecuencias afectan sólo a la persona, y a veces también a otras. Un buen ejemplo es la desobediencia de Adán y Eva.

 

Dios creó un ambiente perfecto para esta pareja, y les dio sólo dos mandamientos:

 

“Fructificad y multiplicaos”(Génesis1:28) y “Del árbol de la ciencia del bien y del mal no

 

Comerás”(Génesis2:17). Sabemos que Adán y Eva entendieron bien estas sencillas

 

Instrucciones, porque Eva fue capaz de repetirlas al tentador antes de sucumbir a su

 

Perverso plan (Génesis 3:3). Este es solo un ejemplo de desobediencia, en la biblia usted encontrara muchos más ejemplo de obediencia y desobediencia, la suprema obediencia fue Cristo y es el ejemplo a seguir.

 

 

Para evitar la desobediencia, debemos someternos nuestro lider ,   a  su  palabras y a la voluntad perfecta de Dios. Pero más importante aún, Dios nos da a un lider  como guía,  y debemos obedecerle  completamente si deseamos agradar a Dios!