La transformación de nuestro carácter

El Fruto del Espíritu Santo - El Gozo

Introducción

Lecturas:

Filipenses 4.
1 Tesalonicenses 1:6.
Hebreos 12:2.
Santiago 1:2.
1 Pedro 1:8.


“El gozo es una de las virtudes cardinales del cristiano: merece un lugar al lado del amor. El pesimismo es una grave falta. No nos referimos al fatuo gozo como lo entiende el mundo, es el gozo perdurable que brota de la gracia de Dios que es nuestra herencia, de la bendición que nos pertenece, no empañada por la tribulación”.


¿De dónde proviene nuestro gozo?

  • No depende de nuestras circunstancias, sino de poner nuestros ojos en Jesús y saber que a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien.
  • Proviene de la misma naturaleza del Espíritu Santo, de manera que debemos pedir ser llenos del Espíritu.
  • Al recibir nuestra salvación, manifestamos un gozo interior: Nuestro rostro, nuestra mirada cambia al conocer a Cristo (Lucas 2:10).
  • El gozo del cristiano es la mejor propaganda para el incrédulo (Hechos 8:8; Juan 4:39).
  • El gozo del Señor es nuestra fortaleza (Nehemías 8:10; Habacuc 3:17-18).
  • Es como medicina a nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo funciona mejor si vivimos en el gozo del Señor que en ansiedad y temor (Proverbios 17:22; Isaias 61:1-3).
  • Dios nos otorga gozo para que fluya a través nuestro hacia los demás para ministrar a otros (Salmo 51:12).
  • Así como la tristeza o la amargura pueden ser contagiosas, el gozo también lo es.

¿De dónde proviene nuestro gozo?
El gozo del Señor es lo que necesitamos para todas las circunstancias que enfrentemos. Aún cuando estamos tan atareados, reemplacemos los ¿por qué?, para mantener la calma y el sentido del humor.
En las crisis se manifiesta nuestro carácter y se pierde el gozo si lo permitimos.


Lo que hace perder el gozo

la amargura, es algo que nos hace perder el gozoEl pecado: ¿Por qué David dijo: “Vuélveme el gozo de tu salvación”?.
¿Cómo lo perdió?

La desobediencia: Si permanecemos en el Espíritu, seremos sensibles y obedientes a su dulce voz que nos guía (Juan 15:10-11).

La queja: ¿Reconocen estas frases?: ¿Por qué dejas todo tirado?, ¿Por qué no estás lista para salir?, ¿Por qué no me escuchas cuando te hablo?, ¿Por qué conduces tan rápido?, ¿Por qué no me hiciste caso?... La lista podría seguir... La queja refleja el estado de nuestro ser interior, el pesimismo, el desaliento, son estrategias del enemigo para que saquemos nuestros ojos del Señor y los pongamos en las circunstancias.
La queja apaga la fe (Santiago 3:11).

La amargura: el resentimiento y la falta de perdón.


Fuentes de gozo

fuentes de gozoLa Salvación: cuando una persona recibe perdón de todo su pecado, siente como si todo el peso del mundo se le quita de sus hombros.
Cuando Jesús entra en una vida la llena de gozo.
El salmista David muchas veces se gozó en la salvación del Señor: “Mi corazón se alegra en tu Salvación” (Salmo 13:5; 31:7; 32:11; 35:9).

Los actos poderosos de Dios: Dios se revela mediante actos poderosos que manifiestan su amor. Él obra en nosotros y los que nos rodean, perdonando, sanando, libertando de malos hábitos (Hechos 8:5-8).

La presencia de Dios: El estar en la presencia de Dios y dejar que el Espíritu Santo nos llene, produce sin duda gozo en nuestras vidas.
La misma naturaleza del Espíritu Santo es gozo, así que cuando estamos en oración, en comunión, en alabanza con el Señor, el Espíritu nos llena y en Él está el gozo. La palabra de Dios leída, oída, meditada, y amada, también produce gozo (Jeremías 15:16).

Por último muchos pasajes vinculan el gozo y la oración:

(Efesios 5:19-20; Colosenses 1:11-12; 1 Tesalonicenses 5:16-18; Juan 16:24; 1 Crónicas 16:10; Isaías 56:7; Salmo 40:16; 105:3).
Cuando hay tristeza en nosotros es señal que debemos acercarnos más a Dios.

Nuestra bendita esperanza: (Romanos 12:12): nos exhorta a “estar gozosos en la esperanza”.
¿Cuál es esta esperanza?: Veamos (Hechos 24:15; Tito 2:13; Hebreos 6:18-20; Romanos 5:2-5).
Esta bendita esperanza nos sostiene y nos da gozo aún en las circunstancias más difíciles de nuestra vida.

Gozo al dar: Otra fuente de gozo es el dar. ¿Lo ha comprobado? El acto de dar regocija nuestro espíritu y el comprobar que el Señor retribuye redobla el gozo (Lucas 6:38).
“Ciertamente más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).

Los ángeles: Los ángeles aumentan el gozo del creyente. ¡Sí, los ángeles!. Ministran a los santos en todas partes como Dios los dirige y forman parte de los actos poderosos de Dios.
El Salmo 34:7 nos dice que el ángel del Señor protege y libera a los que temen a Dios.
En Hechos 12:11, Pedro reconoció que el Señor envió su ángel para rescatarle de la prisión.
El Salmo 91:9-11, también nos promete en este sentido.

¡No le llena de gozo saber de esta amorosa protección!


Sufrimiento y gozo

En la vida del creyente existe un fuerte vínculo entre sufrimiento y gozo, aunque esto pareciera contradictorio. Ya nuestro Señor Jesús en las bienaventuranzas prometió la recompensa a quienes soportemos las aflicciones del mundo por su causa y nos mandó gozarnos (Mateo 5:3-11).
La palabra menciona por lo menos dos motivos por los cuales debemos gozarnos frente al sufrimiento:

Nos gozamos porque a través de las pruebas Cristo es formado en nosotros: (Romanos 8:28-29; Santiago 1:2-3; 5:11; Hebreos 12:10-11).
Nos gozamos porque estamos viendo por la fe, más allá de la prueba, la obra que Dios está haciendo en nuestro corazón.
En este sentido nos gozamos en saber que hemos trascendido lo temporal y esperamos la gloria eterna. (Hebreos 10:34; 1 Pedro 4:13).

Nos gozamos por el privilegio de padecer por Cristo: Si la voluntad de Dios así lo permite.
Ver: (Hechos 13:52; 5:41; 16:25; 1 Pedro 4:6; 1 Tesalonicenses 1:6).


Ejemplos de hombres y mujeres que mantuvieron el gozo a pesar de todo:


María y Elisabet: Sabemos que las dos quedaron encintas, en situaciones delicadas. María por ser aún virgen no desposada y Elisabet por ser mayor y esposa del sacerdote que ministraba en el templo.
Sin embargo el gozo de María, por lo que Dios había hecho en ellas, hizo que brotara en un canto de alabanza (Lucas 1:47-55).
¡Cómo influyó esto en Jesús y en Juan cuando aún estaban en el vientre de sus madres!
¿Qué le diría a una mujer que tiene temores por su embarazo, cómo puede influir sobre la vida del bebé? (Salmo 139).

Pablo y Silas: Podríamos decir que no estaban en las mejores condiciones.
Estaban encarcelados en el peor lugar de la cárcel, pero eso no apagó el fluir del Espíritu en sus vidas.
Nos dejó una carta a los Filipenses 4:11, donde nos dice: “REGOCIJAOS EN EL SEÑOR SIEMPRE”.
¿Cuál fue el resultado? El carcelero lo vio y escuchó el cántico de estos hombres y fue conmovido profundamente.


¿Qué es lo que influye en su hogar cada día?
¿Palabras cortantes, miradas incisivas?
Cambie el tono al hablar, incluya alegría y gozo y ellos comenzarán también a hablar de una manera diferente. El gozo que fluya de usted los contagiará


¿Qué debemos hacer?

  • Si usted tiene culpa por el pecado, arrepiéntase, confiéselo y reciba el perdón de Dios (Salmo 51:2,7,12).
  • Así como Dios lo perdonó a usted perdone ahora por un pacto de voluntad (Mateo 18:21-22; Juan 2:1-2; Salmo 32:1-5).
  • Su inmensa gracia y Bondad le devolverá el gozo de la salvación.
  • Debe oír, amar y ser obediente a su Palabra, esto produce gozo.
  • Ante circunstancias difíciles o negativas, permanezcamos unidos a la vid que es Cristo, viviendo en el Espíritu y sosteniéndonos en la esperanza a la que fuimos llamados (Romanos 5:2-5; 1 Tesalonicenses 1:6; 2 Corintios 4:17).
  • Eleve su alma al Señor mientras hace sus tareas. Use un cassette y cante a la par del cantante, mientras entona cantos de alabanza a Él, comenzará a ver que el Señor es su fortaleza. Tendrá un corazón puesto en Jesús y un nuevo cántico en su ser (Efesios 5:19-20; Hechos 16:25)
  • Sea agradecido con los que lo rodean y expréseles con palabras su gratitud. Cambie los regaños de todos los días y piense en algo positivo que pueda decirles.
  • Regocíjese en servir y dar a los demás (Lucas 6:38; Hechos 20:35).
  • Pidamos al Señor ser llenos de su Espíritu y habrá un canto nuevo en nuestros corazones (Efesios 5:18-21).

 

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor:
Así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor,
estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros
y vuestro gozo sea cumplido”

(Juan 15:10-11)