INTRODUCCIÓN
Hoy en día, cualquier mención del Espíritu Santo trae a la mente de muchos los varios profetas y los que hablan en lenguas del movimiento carismático. Hay multitudes que aseguran tener
revelaciones nuevas y dones especiales de sabiduría y ciencia. El autor se regocija porque, en oposición a todo esto, tenemos "la palabra profética más segura" que es la Biblia (2 Pedro 1:19-21).
El Espíritu Santo nos ha dado una revelación tan completa en las Escrituras que su obra ahora es de "iluminar" en vez de "inspirar".
El autor se aflige al ver a los hombres como aceptan las alegaciones de profetas modernos y desprecian la Palabra de Dios, que todavía se mantiene en pie como faro de la verdad. La Biblia aparece
como una "letra muerta" a aquellos que anhelan emocionarse con algo nuevo antes que orar por entender el mensaje de la Palabra de Dios ya escrita. La Biblia, como la obra más grande del Espíritu
en la revelación, es en todo aspecto superior a:
Se puede resumir la obra del Espíritu de Dios en la inspiración al declarar que "creemos en la inspiración verbal y plena de las Sagradas Escrituras". Utilizaremos la continuación de este estudio para examinar esta verdad.
I. LA INSPIRACIÓN
En 2 Timoteo 3:16, encontramos que la Biblia es un libro inspirado. La palabra "inspiración" es una traducción de la palabra griega "theopneustic" y significa "Dios respiró o sopló". En 2 Pedro
1:21, encontramos que los hombres de Dios fueron inspirados por el Espíritu así como el viento mueve al barco. Aunque varias porciones de la Palabra de Dios fueron dadas por dictado (Éxodo 20:1),
por visión (Apocalipsis 1:11), o por guía interna (Lucas 1:1-3), es evidente que toda la Escritura debe ser reconocida como la Palabra de Dios (Hebreos 4:12).
Nunca se debe entender la inspiración como un simple aumento del intelecto humano. La inspiración garantiza que cada palabra de la Biblia expresa lo que piensa el Espíritu. Esto es comprobado por
las declaraciones bíblicas (2 Samuel 23:2-3; Jeremías 1:9) y también por el hecho de que algunos de los profetas tenían que estudiar sus propias Escrituras para ganar entendimiento de lo que
habían escrito (1 Pedro 1:10-12). El énfasis de la palabra "inspiración" está en que las Escrituras vinieron de Dios. Los autores de las Escrituras por su naturaleza humana podían fallar, pero
"nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:20-21).
II. LA INSPIRACIÓN VERBAL
Cuando se usa el término "verbal" en relación con la "inspiración", esto implica que las mismas palabras de la Escritura son inspiradas. No entendemos la doctrina bíblica de la inspiración si
enseñamos que los escritores de la Biblia fueron meramente ayudados por Dios, o que solamente sus doctrinas fueron inspiradas.
Las evidencias de la inspiración verbal son muchas. El Espíritu Santo enseña "palabras" (1 Corintios 2:13). Nuestro Señor enseñó que cada jota y tilde de la Escritura era segura (Mateo 5:18).
David enseñó que las "palabras" del Señor fueron puras y serían preservadas (Salmo 12:6-7). Otros testificaron que la inspiración que recibieron era verbal (Jeremías 1:9; 2 Samuel 23:2). Pablo
creyó que cada palabra de la Escritura fue inspirada y, esto se comprende en el hecho de que él estableció doctrinas basadas en una sola letra del abecedario en la Escritura (Gálatas
3:16).
III. INSPIRACIÓN VERBAL PLENA
La palabra "plena" significa "llena" o "entera", e implica que toda la Biblia es inspirada. La Biblia no contiene la Palabra de Dios en parte,
sino es la Palabra de Dios en su totalidad. Esto es declarado muy claramente en 2 Timoteo 3:16.
La inspiración verbal y plena de la Palabra de Dios es apoyada por nuestro Señor y sus apóstoles. Cristo enseñó de todo el Antiguo Testamento (Lucas 24:27) y citó los libros como Jonás o Daniel
que ahora son atacados por los críticos. En Hechos 1:16 y 4:24-25, se habla del libro de Salmos como la Palabra de Dios. El apóstol Pablo citó a Moisés y a Lucas como autoridades iguales (1
Timoteo 5:18).
Nota: En esta Escritura, Pablo cita Deuteronomio y el Evangelio de Lucas. Moisés quien escribió Deuteronomio era el gran profeta y venerado por todos. El guió a Israel fuera de Egipto y
escribió los primeros cinco libros de la Biblia. Por supuesto, la antigüedad de sus Escrituras impresionaría a los hombres. Lucas, en cambio, era un hombre más joven que Pablo y no era apóstol.
El hecho de que Pablo utilizó las Escrituras de ambos hombres como autoridades iguales ciertamente acredita a nuestra doctrina de la inspiración.
En 2 Pedro 3:15-16, encontramos que Pedro estimó las epístolas de Pablo como "Escrituras". La iglesia primitiva no sabía nada de "etapas de inspiración" o porciones de la Biblia que no fueron
inspiradas. Creyeron que todo fue "inspirado por Dios".
IV. INSPIRACIÓN LIMITADA
Aunque es importante comprobar la inspiración verbal de la Escritura, es de igual importancia afirmar que solamente la Escritura es inspirada. Extender la inspiración más allá de la Biblia en
estos días realmente es debilitar la Palabra de Dios como una revelación completa. Somos advertidos de no añadir nada a la Palabra de Dios (Apocalipsis 22:18). Las alegaciones de cada profeta
moderno representan un ataque a la Palabra de Dios.
CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO 6
Algunos han declarado que enfatizar la obra del Espíritu Santo es promover el fanatismo. Esta conclusión falsa es causada por aquellos quienes buscan revelaciones del Espíritu de Dios aparte de
la Escritura. Cuando uno entiende que el Espíritu Santo ha concluido su obra en la inspiración y que ahora está involucrado en abrir los corazones para entender la Escritura, él se librará de
este error.