INTRODUCCIÓN
En esta lección estudiaremos el tema de los dones del Espíritu.
I. LOS DONES ESPIRITUALES DEFINIDOS
Los dones del Espíritu son habilidades y dotaciones que llegan a uno por el trabajo interno del Espíritu Santo (1 Corintios 12:4-11). Deben ser distinguidos del don inicial del Espíritu mismo
(Hechos 2:38; 10:45; 11:17; 1 Corintios 12:4). Los dones espirituales no deben ser confundidos con las habilidades naturales o talentos. Uno nace con ciertas habilidades que pueden ser
desarrolladas. Los dones espirituales en cambio no son productos del nacimiento, sino del poder del Espíritu Santo.
II. LOS TIPOS DE DONES ESPIRITUALES
Se encuentra una lista de los dones espirituales en Romanos 12:5-8; Efesios 4:11-12; y en 1 Corintios 12:8-10, 28-29. Varias clasificaciones que se sugieren son:
Algunos dones entonces fueron dados como señales (lenguas, milagros, sanidad, etc.).
Otros dones habilitan a la iglesia a funcionar en una manera ordenada (ayuda, gobierno) o bendicen a aquellos con necesidades especiales (mostrando la misericordia). Un número grande de los dones
tienen que ver con el ministerio de la Palabra (enseñanza, profecía, etc.) Aquellos dones que se dieron para satisfacer las necesidades únicas de las iglesias apostólicas, que por supuesto eran
temporales, incluyen todos los dones de señal y cualquier don que involucraba la revelación directa aparte de la Biblia.
Al notar los diferentes tipos de dones espirituales, debemos mencionar también que la Biblia habla de ciertos tipos de hombres dotados (1 Corintios 12:28-29). Los hombres que se ocupan de estas
posiciones deben, sin duda alguna, poseer más que un don para llevar a cabo su trabajo. Ellos en sí son dones para que la iglesia se perfeccione (Efesios 4:7-12). Algunos de estos oficios, como
el de apóstol o profeta, eran temporales.
III. EL ORIGEN DE LOS DONES DEL ESPÍRITU
Los dones del Espíritu tienen un origen doble.
Se reconcilian estos dos puntos por el entendimiento que el Espíritu fue otorgado a la
iglesia por Cristo. El Espíritu ha sido llamado el "regalo de la ascensión" de Cristo para la iglesia (Hechos 2:33; Juan 7:39). El Espíritu, ya habiendo sido enviado, ahora produce dentro de
nosotros las habilidades espirituales necesarias a la iglesia.
IV. ¿A QUIÉN FUERON DADOS LOS DONES DEL ESPÍRITU?
Aunque todos los creyentes tienen dones espirituales (1 Pedro 4:10; 1 Corintios 12:7), todavía es correcto decir que los dones fueron dados especialmente a la iglesia local. Todos los cristianos
no son miembros de una de las iglesias del Señor, pero es la voluntad de Dios revelada en su Palabra que deben servir así. La iglesia es la propia esfera para el ejercicio de los dones del
Espíritu. Los dones fueron dados a la iglesia para su desarrollo espiritual (Efesios 4:8-12, note el versículo 12; 1 Corintios 12:14-31, note los versículos 27-28). Los dones son dados a los
creyentes individualmente con el propósito que toda la asamblea sea bendecida.
La relación entre los dones del Espíritu y la iglesia se ven en el concepto neo-testamentario de la iglesia como el templo de Dios y como el cuerpo de Cristo. Mientras que la regeneración nos
hace "piedras vivas" (I Pedro 2:5), son los dones del Espíritu lo que causa que estas "piedras vivas" formen un templo de Dios que esté "bien coordinado" (Efesios 2:21). Como el cuerpo humano
tiene muchos miembros que contribuyen al bienestar general de todo el cuerpo, así la iglesia local como un cuerpo de Cristo es suplida con cada función necesaria a traves de los diferentes dones
de sus miembros (1 Corintios 12:12-28; Efesios 4:16). Los dones del Espíritu fueron dados a la iglesia porque ella es responsable de promover el crecimiento espiritual del pueblo de Dios (Efesios
4:11-16).
Quizás éste es el lugar apropiado para mencionar que el concepto carismático (de recibir los dones espirituales con fines de ser bendecido personalmente) es completamente falso. Cada don es para
un beneficio colectivo de la iglesia local, o sea el cuerpo de Cristo colectivamente. No recibimos los dones para ser beneficiados personalmente, sino para el beneficio de todo el cuerpo. Como en
el cuerpo humano, hay una dependencia mutua entre los miembros. El bien del cuerpo en su totalidad debe ser el factor que controla el ejercicio de cualquier don espiritual. Este es el tema
central de Pablo en 1 Corintios, Capítulos 12 al 14.
V. LA REGULACIÓN DE LOS DONES DEL ESPÍRITU
Puesto que los dones espirituales son dados para el beneficio del cuerpo en su totalidad, ellos deben ser regulados de manera que ayuden a realizar este fin. Hay reglas específicas determinadas
(1 Corintios 14:27-35) y el principio general es dejar que nuestras acciones sean controladas por el amor hacia otros. El amor es tan importante en el ejercicio de los dones espirituales que la
exposición bíblica más grande del amor se encuentra en medio de una discusión de los dones espirituales (1 Corintios 13:1-13).
Al mencionar la regulación de los dones espirituales, se nota que esto implica que aquellos que posean dones espirituales pueden controlarlos (1 Corintios 14:32-33). Pues aquellos que interrumpen
los cultos con acciones desenfrenadas no pueden atribuir su conducta al poder del Espíritu de Dios.
VI. ¿SE DEBE BUSCAR LOS DONES ESPIRITUALES?
En nuestros días, muchos son enseñados a buscar y orar por los varios dones espirituales. Esto es un error peligroso y absurdo. La persona que enseña de esta manera demuestra su falta de
entendimiento en cuanto a los dones del Espíritu. Considere los siguientes hechos:
Algunos han concluido falsamente que 1 Corintios 12:31 y 14:1 enseñan que debemos buscar
los dones espirituales. Lo que Pablo dijo es que aquellos dones que bendicen a los demás deben ser aun más estimados por la iglesia. En lugar de desear la gloria personal, los creyentes deben
anhelar tener los dones que puedan bendecir a otros. En la iglesia de Corinto no todos podían ser profetas (1 Corintios 12:29), sino que este don debía ser anhelado y estimado porque era una
bendición para otros. La iglesia entera debía deleitarse con los dones que la edificaron.
Nota: En 1 Corintios 12:31 y 14:1, parece que Pablo habla de la iglesia en su totalidad. La idea parece ser que la iglesia, como un cuerpo, debe desear que Dios levante hombres quienes
puedan servir de bendición para todos. Es totalmente diferente la idea de que un individuo busque ser dotado con cierto don. ¡Qué bendición si todos poseyésemos esta actitud!
VII. EL PELIGRO DE LOS DONES ESPIRITUALES
Los dones del Espíritu fueron dados para ser una bendición, pero siempre existe la posibilidad de que pueden ser mal usados. Al contrario del fruto del Espíritu, los dones pueden producir el
orgullo. A veces donde hay una multitud de dones espirituales hay poca gracia. (Compare 1 Corintios 1:7 con 3:1-3). Considere los siguientes puntos:
Lo anterior en ninguna manera pretende despreciar los dones espirituales; la intención en
sí es advertir a aquellos que abusan de los dones o los confían como evidencia de su aceptación personal por Dios.