Capítulo 20:

EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO

INTRODUCCIÓN

"¿Qué es el bautismo con el Espíritu Santo?" "¿Se debe buscar esta experiencia?" Estas preguntas se hacen comunes mientras que muchas iglesias modernas divulgan los criterios conflictivos de esta doctrina. Ciertamente cada hijo de Dios debe desear volver a la Biblia para ver de nuevo este tema.

I. EL TESTIMONIO BÍBLICO

La Biblia no contiene tanto sobre el bautismo con el Espíritu como se supone. La profecía de que nuestro Señor bautizaría con el Espíritu y el testimonio en el libro de Hechos del cumplimiento de esta profecía están mencionadas varias veces. Las epístolas doctrinales del Nuevo Testamento no incluyen ningún mandato para anhelar esta experiencia y aun ni lo menciona. Esto por supuesto nos muestra algo interesante con respecto a la enseñanza de aquellos que creen que cada cristiano debe buscar esta experiencia.

Al escudriñar el testimonio bíblico, debemos notar que el Nuevo Testamento menciona cinco veces la profecía de que nuestro Señor bautizaría con el Espíritu Santo (Mateo 3:11-12; Marcos 1:8; Lucas 3:16-17; Juan 1:33; Hechos 1:4 -5). Es interesante notar que se menciona esta profecía una vez en cada uno de los libros históricos del Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Hechos).

Nota: Un error común sostenido por muchos maestros modernos de la Biblia es la afirmación que 1 Corintios 12:13 se refiere al bautismo con el Espíritu. Solamente necesita leer cuidadosamente el versículo y la insensatez de esta afirmación se pone al descubierto.

En el bautismo con el Espíritu:

  1. Cristo hace el bautismo.
  2. El Espíritu es el "elemento" en el cual se hace el bautismo.

En 1 Corintios 12:13:

  1. El Espíritu hace el bautismo.
  2. El cuerpo de Cristo es el "elemento" en el cual somos bautizados.

El contexto de 1 Corintios 12:13 es la iglesia local. Personas con varios y diferentes dones espirituales fueron añadidas a la iglesia local para que funcione como un cuerpo. Pablo usa el cuerpo humano con varios de sus miembros e ilustra como funciona la iglesia local. El bautismo, por el cual se agrega miembros a la iglesia, es obviamente el bautismo del agua. Esto en ninguna manera contradice la declaración en I Corintios 12:13 de que el Espíritu hace el bautismo. En Juan 4:1, decimos que Cristo ha bautizado. El versículo 2 sigue explicando que el hecho mismo del bautismo fue llevado a cabo por los apóstoles. Juan decía que el bautismo fue llevado a cabo por la dirección y autoridad de Cristo. Igualmente, 1 Corintios 12:13 se refiere que el bautismo de agua se administró a través de la dirección del Espíritu. Sólo El puede, por medio del nuevo nacimiento, hacernos candidatos para el bautismo; y sólo El puede guiar a una iglesia a bautizar a determinada persona.

En el libro de Hechos tenemos cuatro ejemplos de grupos bautizados con el Espíritu Santo. En Hechos 2:1-11, tenemos un evento que se identifica claramente como el bautismo con el Espíritu (Hechos 1:5; 2:33). Los eventos de Hechos 10:44-46 también pueden ser vistos como un bautismo con el Espíritu basado en las palabras de Pedro a la iglesia de Jerusalén (Hechos 11:15-17). También estamos seguros de considerar que los eventos de Hechos 8:14-17 y Hechos 19:1-7 son de la misma naturaleza.

Al examinar el testimonio bíblico, no podemos dejar de notar que las circunstancias en cada caso eran diferentes. El sonido de un viento recio que soplaba y las lenguas repartidas como de fuego fueron manifestados solamente en el Día de Pentecostés (Hechos 2). En Hechos, Capítulos 2, 10 y 19, hablaron en otras lenguas, pero no en Hechos, Capítulo 8. En Hechos, Capítulos 8 y 19, se asocia el bautismo con el hecho de la imposición de manos, pero no en los Capítulos 2 y 10 de Hechos. La circunstancia común en cada caso es que el Espíritu fue derramado sobre un grupo distinto y diferente. Cada derramamiento fue acompañado por señales que confirmaron el recibimiento del Espíritu Santo por aquel grupo en particular. Ahora, examinemos el propósito de este bautismo.

II. EL "BAUTISMO" COMO UNA NUEVA DISPENSACIÓN DEL ESPÍRITU

Nota: Siendo que se usa la palabra "dispensación" en varias maneras en la teología, nos conviene explicar que usamos la palabra según su primer sentido, el cual es "dispensar o distribuir".

El bautismo con el Espíritu era la dispensación inicial del Espíritu en poder y en bendición del Nuevo Testamento a los varios grupos que se mencionaron en las Escrituras (Lucas 24:49). Juan el bautista enseñó que solamente el Mesías bautizaría con el Espíritu (Mateo 3:11). Esto fue porque el don del Espíritu tuvo que ser comprado para nosotros por nuestro Señor Jesucristo. Las obras del Espíritu Santo en nuestros corazones son una gran parte de la salvación de Cristo. El envío del Espíritu era la evidencia de que se finalizó la obra redentora de Cristo y que fue aceptada por el Padre, y que Cristo Jesús fue glorificado en el cielo (Hechos 2:33, Gálatas 3:13-14).

En cada relato del caso del bautismo con el Espíritu, un grupo distinto recibió esta bendición. En Hechos, Capítulo 2, fue dado a los creyentes judíos. En Hechos, Capítulo 8, los creyentes samaritanos se bautizaron de la misma manera. Los samaritanos fueron despreciados por los judíos porque no preservaron su raza ni religión. En Hechos, Capítulo 10, los gentiles recibieron el bautismo con el Espíritu. Hechos, Capítulo 19 nos relata cómo vino a aquellos que conocieron solamente el bautismo de Juan.

Nota: Vea la "Adición Sobre Hechos 19:1-7" al final de este libro.

III. EL "BAUTISMO" COMO UNA SEÑAL

El bautismo con el Espíritu no era solamente un otorgamiento del Espíritu, sino que también era una señal importante. Juan el bautista dejó bien claro que ellos podrían reconocer al Mesías por su obra de bautizar con el Espíritu. Como antes fue declarado, el bautismo con el Espíritu demostró que Jesús era el Señor resucitado y glorificado (Hechos 2:33).

Note que el bautismo con el Espíritu no sólo verificó las afirmaciones de Cristo, sino también la autoridad de la iglesia local. En el Día de Pentecostés (la fiesta de las primicias), se reunieron para adorar a Dios en Jerusalén los judíos de todo el Imperio Romano (Hechos 2:1-11). Allí encontraron la primera iglesia hecha por los humildes discípulos de Cristo. El templo judío, que había sido la casa del Padre (Mateo 21:13; Mateo 23:38), fue, en su aspecto espiritual, abandonada por Dios. La asamblea cristiana ya fue hecha la casa de Dios (1 Timoteo 3:15). Comparado a la grandeza del templo de Herodes, el grupo pequeño de discípulos no era muy impresionante. ¿Quién imaginaría que esta asamblea pequeña fuera entonces el lugar ordenado para hacer la adoración divina?

El bautismo con el Espíritu de esta primera iglesia ciertamente comprobó sus afirmaciones. El sonido de "un viento recio que soplaba" dio evidencia perceptible de la venida del Espíritu a la iglesia. La apariencia de fuego era símbolo de la presencia de Dios. Las lenguas eran también una señal para los judíos que no creían (1 Corintios 14:21-22). Estas señales acreditaron a la iglesia del Señor y dejarían a los judíos sin excusa si ellos descuidaran las afirmaciones en cuanto al evangelio (Hebreos 2:1-4).

Nota: La aprobación de Dios a la iglesia del Señor por medio del bautismo con el Espíritu se ilustra claramente al comparar la historia de la iglesia con el templo de Salomón. 1) David recogió los materiales para el templo y Juan el Bautista recogió los materiales para la iglesia. 2) Salomón edificó el templo y Cristo edificó la iglesia. 3) Salomón dedicó el templo con un sacrificio y Cristo redimió la iglesia con el sacrificio de sí mismo. 4) Después de la dedicación, el símbolo de la presencia de Dios vino a manifestar la aceptación del templo de parte de Dios y su intención de morar allí. Después de la muerte de Cristo, el Espíritu descendió en el Día de Pentecostés para manifestar que la iglesia ya era la casa de Dios.

El Bautismo con el Espíritu en Hechos 8:14-17 y Hechos 10:44-46 fue el derramamiento del Espíritu a los samaritanos y a los gentiles. Siempre el bautismo actuó como una señal, pero en esta ocasión fue señal para los judíos salvos. Tal señal fue necesaria porque los judíos cristianos de aquel tiempo aún limitaban la salvación a su propia gente. El bautismo del Espíritu a los samaritanos y a los gentiles dio evidencia divina de que también pueden ser salvos y ser añadidos a las iglesias de Cristo sin convertirse al judaísmo. Se comprueba claramente por la experiencia de Pedro y su defensa de la misma ante la iglesia en Jerusalén (Hechos 11:1-19). El usó el bautismo del Espíritu en Hechos, Capítulo 10, como evidencia de que los gentiles eran participantes de las mismas bendiciones que los cristianos judíos recibieron. Si la casa de Cornelio hubiera recibido al Espíritu de la misma manera que lo hacemos hoy, ni Pedro ni la iglesia en Jerusalén se habrían convencido de que fueron participantes de las bendiciones del evangelio. Así vemos que las lenguas eran una señal, no sólo a los incrédulos, sino también a los judíos salvos que no creyeron en la salvación de los gentiles, ni que podrían ser injertados a la familia de Dios (Romanos 11:17-24).

CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO 20

Para terminar, podemos resumir algunos de los puntos mencionados en esta lección y también declarar algunas de las conclusiones que se sacan de estos puntos.

  1. El bautismo con el Espíritu fue el derramamiento del Espíritu a varios grupos.
  2. Esta dispensación del Espíritu fue posible debido a que Cristo cumplió su obra. De hecho fue Cristo quien los bautizaba (Hechos 2:33).
  3. Este bautismo no fue concedido día con día a los individuos, sino que fue concedido a un grupo distinto en un tiempo diferente.
  4. Una vez dada, no se repitió esta experiencia, porque la venida del Espíritu a cualquier grupo era permanente. Las señales que rodearon el bautismo eran suficientes para acreditar a ese grupo de una vez y para siempre (Hechos 11:15-18). El autor de este libro nunca buscaría el bautismo con el Espíritu, porque los gentiles lo recibieron desde más de mil novecientos años como dice Hechos, Capítulo 10. Fue suficientemente confirmado por las señales en aquel tiempo.
  5. Nadie nunca buscaba esta experiencia, ni tenemos ninguna orden para hacerlo. Fue dado por Dios en su tiempo. (Note en Hechos, Capítulos 8 y 10, cómo Felipe y Pedro fueron dirigidos por Dios a una cierta obra en un tiempo específico en relación con el bautismo).
  6. Esta experiencia no es posible hoy en día, a menos que alguien pueda probar que hay una clase en particular de la humanidad que nunca ha recibido el bautismo con el Espíritu. Eso sería imposible actualmente, porque los cristianos judíos, gentiles y samaritanos ya han recibido el bautismo.