Capítulo 19:

 

LOS PECADOS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO

 

INTRODUCCIÓN

Cada persona de la Santa Trinidad tiene una obra distinta que hacer en el gran plan de la redención. Por causa de que su obra y modo de manifestación son diferentes, descubrimos que hay pecados que se pueden perpetrar contra las distintas Personas de la Trinidad (Mateo 12:32).

El Espíritu Santo tiene la obra particular de tratar con los corazones de los hombres y llevarlos a que reciban los beneficios salvadores de la obra de Cristo. El mora en los creyentes y está presente con las iglesias del Señor. El también convence a los incrédulos y contiende con los pecadores (Génesis 6:3). Debido a su obra en nuestras vidas y entre nosotros, la Biblia menciona ciertos pecados que se cometen contra el Espíritu mientras El lleva a cabo su obra especial. Que Dios use esta lección para hacer que cada uno de nosotros sea más consciente al peligro de desagradar al Espíritu de Dios.

I. MENTIRLE AL ESPÍRITU SANTO

En Hechos 4:34 al 5:11, tenemos la historia de Ananías y Safira mintiéndole al Espíritu Santo. Su pecado no era sustraer parte del dinero, sino el fingir haber dado todo para recibir el honor por un sacrificio que no hicieron. Ananías y Safira son los padres de todos aquellos que buscan alabanza por una consagración que no poseen.

Traer tal engaño a la iglesia es pecar contra el Espíritu Santo. Tratar de engañar a la iglesia es intentar engañar al Espíritu quien es el administrador omnisciente de la asamblea. Los hombres se olvidan de que el no tomar en serio la iglesia de Dios significa el no tomar en serio a Dios. Al llevar a cabo su pecado, Ananías y Safira tentaron a Dios (Hechos 5:9) y su destino llegó a ser una advertencia a aquellos que siguen sus pasos.

II. CONTRISTAR AL ESPÍRITU SANTO

En Efesios 4:30, Pablo nos manda a no contristar al Espíritu Santo de Dios. El hecho de contristar al Espíritu implica que el Espíritu ama al pueblo de Dios. Nosotros sólo podemos contristar a alguien cuando no agradecemos su amor y bondad y lo pagamos con desprecio.

Esta idea del amor del Espíritu es usada por Pablo como motivo para no contristarlo a El. El hecho de que El nos sella revela que su amor le hace morar en nosotros para ayudarnos y bendecirnos. El hecho de que nos sella hasta el día de la redención nos demuestra que nunca nos abandonará. A la luz de tal amor y bondad, ¿desearíamos pecar y así contristarlo?

El Espíritu Santo es contristado por el pecado en la vida de los creyentes. Nuestro cuerpo es su templo y debemos tener cuidado de no mancharlo. El es absolutamente santo y el pecado le es ofensivo. Las maneras particulares en que se contrista al Espíritu están mencionadas en el contexto de Efesios 4:30.

 

  1. Palabras deshonestas - Efesios 4:29, 31; 5:4
  2. Actitudes pecaminosas - Efesios 4:31
  3. Hechos inmorales - Efesios 5:3

 

Que Dios nos ayude ser conscientes de su presencia y caminar con prudencia.

III. APAGAR AL ESPÍRITU SANTO

En I Tesalonicenses 5:19, somos advertidos de no apagar al Espíritu. Un creyente lo podría hacer por un tiempo cuando endurece su corazón contra la dirección del Espíritu. Tengamos cuidado de no reprimir la voz del Espíritu de Dios. Los hombres como David, Abraham y Jonás parecen haber apagado al Espíritu por un tiempo y pagaron caro. Este pecado ciertamente trae un castigo y nos deja expuestos para cometer muchos errores. Se puede apagar al Espíritu en las siguientes maneras:

 

  1. Por rebelarse contra la Palabra inspirada de Dios como está escrita en la Biblia o como fue dada oralmente en los tiempos anteriores por los profetas (1 Tesalonicenses 5:20)
  2. Por ignorar los reproches del Espíritu cuando lo hayamos contristado
  3. Por resistir la dirección interna del Espíritu para nuestras vidas

IV. RESISTIR AL ESPÍRITU SANTO

En Hechos 7:51, Esteban acusó a los judíos de resistirse al Espíritu Santo así como lo hicieron sus padres (Hebreos 3:7-10; Isaías 63:10). En Génesis 6:3, Dios menciona que el Espíritu contendía con la gente antes del diluvio. Algunos han tratado de interpretar estas Escrituras sólo como referencias a la rebelión de la gente contra la Palabra de Dios. Concluyen erróneamente que, como la obra del Espíritu en los escogidos es eficaz, El nunca obraría en los corazones de aquellos que finalmente no serán salvos. Siempre la rebelión contra la Palabra de Dios es resistirse al Espíritu Santo, pero no hay ninguna razón para negar que El obre personalmente con aquellos que nunca se salvan. Así como otras bendiciones de la gracia común (como el llamamiento del evangelio), los esfuerzos del Espíritu con los no-elegidos son ineficaces solamente debido a la depravación de sus corazones.

V. BLASFEMAR CONTRA EL ESPÍRITU SANTO

En Mateo 12:22-32, tenemos la historia de algunos que cometieron ese imperdonable pecado. Los fariseos acusaron a Cristo de obrar por medio del poder de Satanás. Al decir esto, ellos blasfemaron al Espíritu Santo por cuyo poder Cristo había obrado (Hechos 10:38). Nuestro Señor proclama que este pecado es imperdonable.

Esto es bastante simple, pero cuando los hombres empiezan a aplicar estos preceptos a nuestros días, resulta gran confusión. Algunos han afirmado que el pecado imperdonable no se puede ser cometido hoy, y otros lo han definido simplemente como morir sin Cristo. (Este último pensamiento confunde el asunto, porque el pecado imperdonable ciertamente es condenado en este mundo así como en el venidero). El autor quisiera saber por qué no se puede aceptar la afirmación de Cristo de que el pecado imperdonable es blasfemar conscientemente (abusar profanamente e insultar) al Espíritu Santo. Esas personas incrédulas quienes intencionalmente difaman al Espíritu de Dios nunca serán los receptores de su poder regenerativo.