INTRODUCCIÓN
Cada hijo de Dios es mandado a "ser lleno del Espíritu" (Efesios 5:18). Por lo tanto no estemos contentos solamente con aprender esta doctrina, sino que continuemos en la obediencia y realmente
experimentemos la "llenura".
I. LO QUE NO SIGNIFICA "SER LLENO DEL ESPÍRITU"
II. LO QUE ES "SER LLENO DEL
ESPÍRITU"
Ser lleno del Espíritu es simplemente estar entregado a El en cada área de nuestra vida. Esta experiencia es muchas veces, en forma directa e indirecta, comparada con la embriaguez (Efesios 5:18;
Lucas 1:15; Hechos 2:13). Como el vino controla al ebrio haciéndole valiente y hablador, así el individuo que es lleno del Espíritu está bajo la influencia del Espíritu Santo. Se le hace valiente
y capaz espiritualmente para testificar de su Señor.
Parece que las experiencias de aquellos que han sido llenos del Espíritu varían grandemente. El creyente a diario se llena del Espíritu cuando confiesa sus pecados y se rinde a Dios. La llenura
en este caso no es tanto una experiencia emocional, sino más bien una continuación del compañerismo con Dios. En otras ocasiones la llenura llega al individuo sin ser buscada ni acompañada por
señales especiales. Por favor, note las diferentes circunstancias concernientes a la llenura del Espíritu en los siguientes pasajes: Lucas 1:15, 41, 67; 4:1; Hechos 2:4; 4:8; 4:31; 7:55; 9:17;
11:24; 13:9; 13:52.
Estas Escrituras demuestran muy claramente que la experiencia de ser lleno del Espíritu no sigue ningún modelo en cuanto a las circunstancias. La experiencia vino antes y después del Día de
Pentecostés, con y sin señales visibles, y sobre muchas clases diferentes de personas desde nuestro Salvador hasta un bebé aún no nacido. En la Biblia se asocia la llenura del Espíritu con la
alabanza, el ganar almas y el juicio (en el caso de Barjesús).
Al notar todo esto, debemos tener cuidado de recordar que, a pesar de las circunstancias, la llenura misma es simplemente el Espíritu de Dios tomando el control de la vida de uno. En nuestra
propia vida podemos tener tiempos en que estamos llenos del Espíritu y parecen experiencias muy emotivas, aunque en otras ocasiones, entregarse a Dios produce solamente el contentamiento del
corazón y la paz de cada día en la vida cristiana. Debemos estar seguros de que cada cristiano puede ser lleno del Espíritu todos los días, sin tomar en cuenta la presencia o ausencia de ciertas
experiencias.
Sólo Dios sabe qué obra en particular tenemos que hacer. Por lo tanto, sólo El puede determinar las circunstancias que rodean nuestra llenura diaria.
III. LAS CONDICIONES EN LAS QUE UNO ES "LLENO DEL ESPÍRITU"
Porque hemos sido mandados a "ser llenos del Espíritu" (Efesios 5:18) es evidente que debemos cumplir ciertas condiciones. El cristiano que desea ser lleno del Espíritu debe notar lo
siguiente:
IV. LOS RESULTADOS DE "SER LLENO DEL ESPÍRITU"
CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO 17
Que cada uno de nosotros pueda considerar nuestro sagrado deber de "ser llenos del Espíritu" todos los días. El ser lleno del Espíritu debe considerarse como la experiencia normal para el
cristiano en vez de un privilegio sólo para algunos.