Capítulo 13:

LA OBRA DEL ESPÍRITU PARA

HACERNOS SENTIR SEGUROS

INTRODUCCIÓN

El Señor desea que su pueblo disfrute de sentirse seguro de la salvación. Durante su ministerio terrenal, nuestro Salvador mismo les aseguró y consoló a aquellos que creyeron en El (Juan 14:1-3; Lucas 23:43). Habiendo ascendido al cielo, nuestro Salvador nos envió otro Consolador. El Espíritu Santo ahora tiene una obra muy definida, la cual es producir la confianza de la salvación.

Antes de estudiar sobre la obra del Espíritu para hacernos sentir seguros, repasemos algunas verdades básicas acerca de este tema. Esto beneficiará a aquellos que nunca lo han estudiado anteriormente.

I. LA DOCTRINA DE PODER SENTIRNOS SEGUROS DE LA SALVACIÓN

  1. La posibilidad de tener confianza de la salvación
    1. El pueblo de Dios ha experimentado confianza de la salvación en el tiempo pasado - Salmos 23:6; 2 Corintios 5:1; Hebreos 11:13; Filipenses 1:21; 1 Juan 4:16.
    2. La Palabra de Dios afirma que podemos tener certeza de la salvación - 1 Juan 5:13; 3:14.
    3. Dios manda que busquemos estar seguros de la salvación - 2 Pedro 1:10; 2 Corintios 13:5.
    4. La gracia de Dios es la base de la confianza en la salvación - Romanos 4:16.
      Aquellos que hacen que la salvación dependa en parte de las obras del hombre nunca pueden predicar la seguridad en Cristo. Esto es ilustrado en todos aquellos grupos que enseñan que el hombre tiene que ayudar a ganar o a mantener su propia salvación.
  2. La necesidad de sentirnos seguros de la salvación
    Sentirnos seguros de la salvación es necesario para el gozo y servicio del creyente. La base de nuestro regocijo es tener la certeza de nuestra salvación (Lucas 10:20; Romanos 5:2). En igual forma, el servicio cristiano no es motivado por el miedo, sino por la confianza (Romanos 8:15; Gálatas 4:5-7). No servimos a Dios como esclavos con temor, sino como hijos gozosos. Nuestra fe funciona por el amor (Gálatas 5:6). La plena confianza quizás no es poseída por cada creyente, ni todos la gozamos al máximo siempre, pero cada cristiano debe buscar procurar hacer firme su vocación y elección (2 Pedro 1:10).
  3. La base de la confianza
    A veces nos preguntan si la base de la confianza está en la Palabra de Dios, o en nuestra experiencia. Esta pregunta es engañosa porque pretende poner la experiencia cristiana contra la Biblia. Aunque es un error basar nuestra confianza en las experiencias que no tienen base bíblica, cuando procedamos con nuestro estudio, se hará evidente que nuestra experiencia cristiana sí juega un papel en la confianza. Hay muchos que nunca han experimentado una obra de gracia en su corazón y al final se encontrarán engañados habiendo sido instruidos por un mensaje deficiente que ignora la experiencia personal y sólo menciona "la fe". Rechazar las enseñanzas bíblicas acerca de la experiencia cristiana cuando se trata de la confianza no es "tener la fe en", sino "la ignorancia de" la Palabra de Dios. Entendemos entonces que la Palabra de Dios es la base de nuestra fe, y será el juez de nuestra experiencia (y no la reemplaza).

II. LA OBRA DEL ESPÍRITU NOS HACE SABER CON SEGURIDAD QUE SOMOS SALVOS.

Las obras del Espíritu que producen esta confianza son múltiples. Para facilitar la comprensión, las dividiremos en tres categorías: (1) Las condiciones del evangelio, (2) El fruto de la regeneración y (3) El testimonio del Espíritu. Estas pueden ser llamadas las "tres etapas que nos hacen sentir seguros en Cristo".

  1. Las condiciones del evangelio - Hechos 20:21; Juan 3:16; Lucas 13:3; Hechos 10:43; 17:30; Lucas 24:46-47.
    Cualquiera que desee sentirse seguro de la salvación debe saber si ha cumplido con las condiciones por medio de las cuales Dios ofrece el perdón de los pecados. Estas por supuesto son el arrepentimiento y la fe. Recuerde que el arrepentimiento y la fe son acciones del hombre, pero son posibles por medio del poder habilitador del Espíritu Santo.
    1. El arrepentimiento - No se debe confundir el arrepentimiento evangélico con la penitencia, o la reformación. El arrepentimiento es un "cambio de mente" que involucra:
      1. Ser convencido de su pecaminosidad.
      2. Estar triste por haber pecado contra Dios - 2 Corintios 7:10.
      3. Desear ser perdonado y limpio del pecado. El arrepentimiento verdadero involucra más que un deseo por el perdón. El pecador verdaderamente arrepentido desea ser salvo del poder y la presencia de pecado, así como del castigo.
      4. No se debe confundir el arrepentimiento con apartarse del pecado, volverse a Dios, o creer en Cristo. Estas cosas siempre siguen el arrepentimiento y verifican su presencia, aunque deben ser distinguidos de ello (Marcos 1:15; Hechos 26:20; 3:19; Mateo 3:8).
    2. La fe - No se debe confundir la fe salvadora con una creencia intelectual en la existencia de Dios (Santiago 2:19), ni con una experiencia emocional pasajera. La fe verdadera incluye:
      1. Ser convencido espiritualmente de la verdad del evangelio (1 Corintios 2:45; 1 Tesalonicenses 1:4-5; 2:13).
      2. Confiar sinceramente en Cristo Jesús para la salvación (Romanos 10:8-10; Hechos 16:30-31)
  2. Algunos preguntarán por qué no concluimos aquí nuestra exposición de la obra del Espíritu en producir la confianza. La Escritura tiene mucho más que decir en cuanto a saber con seguridad que somos salvos. Nos revela que una persona puede arrepentirse sinceramente y confiar en Cristo sin saber con toda seguridad si es salva. Sentirse seguro no es parte de la esencia de la fe. Confiar en Cristo para la salvación no es lo mismo que saber que nos ha salvado (1 Juan 5:13; 2 Corintios 13:5). Aquellos que son nuevos cristianos frecuentemente tienen miedo de que su fe no sea la verdadera fe salvadora. Pueden ser atormentados por sus dudas sobre su condición y experiencia.
    1. Muchos se confunden por aquellos que enseñan que la fe y la seguridad son lo mismo. Frecuentemente dicen, "No tendrían dudas si en verdad hubieran confiado en Cristo". Esto sería basar la confianza en nuestra propia opinión y desanimaría mucho al débil o temeroso hijo de Dios. Ellos enseñan que debemos creer que somos salvos para ser salvos.
    2. La Biblia afirma que el sentirnos seguros en Cristo es la consecuencia natural de la fe salvadora. Como resultado de examinar la conciencia y el estudio de las Escrituras (1 Juan 5:13), uno puede saber que tiene vida eterna.
    3. Habiendo expuesto las condiciones del evangelio (el arrepentimiento y la fe), procederemos a las otras "etapas que nos hacen sentir seguros en Cristo" a través de las cuales el creyente nuevo llega a la certeza plena.
  3. El fruto de la regeneración
    1. ¿Cómo sabe uno si su fe es verdaderamente la fe de los elegidos de Dios? El libro entero de 1 Juan fue escrito para contestar esta pregunta (1 Juan 5:13). En este sentido vemos que uno que realmente ha nacido de nuevo tendrá ciertas evidencias en su vida. Como el "Patito Feo" encontró su identidad verdadera al ver su reflejo, así el creyente logra a una certeza mayor al ver las características de la regeneración, no sólo en las Escrituras, sino también producidas en su propio corazón. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios" (Romanos 8:16). ¿No es el testimonio de nuestro espíritu el conocimiento personal que tenemos de que el Espíritu Santo nos ha hecho criaturas nuevas en Cristo? (2 Corintios 5:17)
    2. Nuestro Señor dijo que todo árbol es conocido por sus frutos (Mateo 7:17-20). Pablo sabía que los tesalonicenses fueron elegidos debido a la obra del Espíritu en sus vidas (1 Tesalonicenses 1:4-6). Las siguientes son algunas de las características de la regeneración que los creyentes verdaderos verán en sus propias vidas:
      1. El reconocimiento de su pecado - 1 Juan 1:8,10; Mateo 5:3-4; Romanos 7:22-25
      2. Un deseo nuevo de obedecer a Dios - 1 Juan 2:3; 5:2-3; 3:18-19; Romanos 8:14
      3. El amor para con el pueblo de Dios - 1 Juan 3:14-15
      4. Una fe vencedora - 1 Juan 5:4
      5. Un oído abierto a la Palabra de Dios - 1 Juan 4:6
      6. El amor para con Dios - 1 Juan 4:19
      7. Una actitud nueva hacia el sistema de este mundo - 1 Juan 2:15
    3. Permíteme concluir esta sección recordando al lector que las características de la regeneración no nos salvan, sino que nos revelan que somos salvos. El lado espiritual de la salvación se llama un "nuevo nacimiento" porque produce en nosotros una semejanza con nuestro Padre Celestial (2 Pedro 1:4; Colosenses 3:10). ¿Están manifestadas en su vida estas características?
  4. El testimonio del Espíritu
    1. En Romanos 8:16, encontramos que el Espíritu Santo tiene un testimonio que hace constar la realidad de nuestra salvación. Es diferente que el testimonio dado por nuestro propio espíritu de la nueva vida que tenemos en Cristo aunque siempre relacionado. Esta obra del Espíritu es una confirmación interna del amor y la aceptación de Dios para con nosotros por medio de Cristo.
    2. En las Escrituras, se menciona que habíamos recibido el "espíritu de adopción" (Romanos 8:15; Gálatas 4:6-7) porque El realmente causa que el creyente se sienta como un hijo de Dios y lo incita a recurrir a Dios en oración. Aquellos que confían en Cristo son libres del espíritu de esclavitud y naturalmente miran a Dios como su "Padre".
    3. Con este fin se dice que el Espíritu nos motiva clamar "Abba, Padre". "Abba" es una palabra que significa "padre" que no se les permitió usar a los esclavos hacia los hombres libres. Esto manifiesta el nuevo espíritu de libertad que siente el creyente. El Espíritu Santo los habilita a sentirse "hijos" en lugar de "esclavos" de Dios (Gálatas 4:5-7).
    4. Más allá de eso, el "testimonio del Espíritu" involucra una manifestación directa del amor y la presencia de Dios en el alma del creyente. En Romanos 5:5, donde el contexto trata de hacernos sentir seguros de la salvación, encontramos que el Espíritu de Dios derrama el amor de Dios en nuestros corazones. Actualmente podemos experimentar el amor que Dios tiene para con nosotros (1 Juan 4:16). Cristo prometió manifestarse a aquellos que le aman (Juan 14:21). El cena con aquellos que se abren a él (Apocalipsis 3:20). Aunque no podemos siempre disfrutar de estas manifestaciones del amor de Dios, todavía como la novia en el Cantar de los Cantares, debemos orar para que el Espíritu nos traiga estos símbolos de amor (Cantar de los Cantares 1:2; 2:3-6). El testimonio del Espíritu es la razón principal por nuestra confianza, y cada hijo de Dios debe querer experimentarlo cada vez más con claridad y poder. "Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros" (Santiago 4:8).

CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO 13

En el estudio de este tema no debemos conformarnos con un entendimiento intelectual de la verdad. ¿Qué ganancia hay en conocer de la posibilidad de sentirnos seguros de la salvación, si no alcanzamos esta confianza plena en nuestra vida?